domingo, 27 de mayo de 2007

Amistades (a veces peligrosas)

Hoy ha sido uno de esos días de ver a gente que no veía hace mucho. Antiguos amigos universitarios, socios, colegas, clientes. Sólo éramos cuatro, pero parece que éramos mil, porque alguno de ellos repite categoría.
Tiene gracia, porque me pasa con casi toda la gente que he conocido con cierta profundidad, que podemos dejar una relación durante meses, o años, y luego retomarla como si nada hubiese pasado.
Es alucinante, y genial, el nivel de complicidad que se llega a tener con alguien. No hace falta calentamiento, ni falsos modos, ni tapujos. Todo sigue como estaba, y ahí se retoma, a las bravas.

Me chifla.

Espero que me pase con todos, pero si no pasa, me podéis echar la culpa a mí, capullos (vosotras daos por incluidas, porque yo no creo en el os/as).

Un beso. La próxima vez recordad que os toca pagar.

2 comentarios:

Javier Albizu dijo...

Eso es lo que diferencia a los amigos de los conocidos o de los que simplemente te caen bien.

GRAMOLA dijo...

Que viva Zapata. De todas formas contigo es fácil retomar con naturalidad la amistad después de tiempo sin verte.Encantada te invitaré a una birra.