martes, 29 de mayo de 2007

...y el esférico dió en el palo.

También hoy voy a hablar de cosas del tráfago, seguramente porque es una de esas actividades en las que los demás más me cabrean. Mi síndrome de Pietro Maximoff se pone a mil.
Puede que sea por eso por lo que me gusta andar en moto. Todo es más fácil; aparcar, adelantar, llegar a los sitios, hacer gestos obscenos a los demás conductores... Aunque también tiene sus inconvenientes, claro.
Uno de ellos son los palos. Quizás desde el punto de vista de un conductor de coche la carretera sea un lugar relativamente bien pensado. Al fin y al cabo hay asfalto, líneas separadoras, flechas, indicadores, guardarraíles, baches para no correr. Un montón de mobiliario pensado para acomodar a los miles de coches que circulan por las vías rápidas (todas son rápidas si piensas en los pobres romanos, o peor aún en los de antes).

¿Pero qué pasa con todos esos elementos cuando se va en moto?

Asfalto, bien, si está limpio. Si por casualidad algún camionero cabrón, o mejor dicho un supervisor huevón no inspecciona los vehículos pesados (o se la suda, lo que viene a ser lo mismo) resulta que quien más quien menos van poniendo todo como un asco. Tractores dejando tormones de tierra del tamaño de niños al salir de los campos, camiones soltando carga por agujeros, gravilla arrastrada de las obras... Mi favorito es el camión cargado de polvo de cemento que lo va perdiendo en un dia de lluvia. Las gotas al caer hacen el efecto hormigonera et voilá ¡baches de cemento de 5Km de largo!
Las líneas y demás señales horizontales pintadas en el suelo tampoco están mal. Una pena que patinen un poco. Bastante. Un huevo. Y si llueve, reza porque no se cruce una señora en un paso de peatones. El frenazo sobre el espejo de pintura es pura emoción, incluso en coche.
De estos, la variedad guardia muerto + pintura bicolor (por si acaso te pensabas escapar por la parte sin pintar, vándalo) son los mejores. Saltas y además patinas. Es como Candanchú.
Luego tenemos las señales verticales de puro acero inoxidable. El viento no las tira ni de coña. Un motorista a 50Km/h tampoco. Eso sí, las dobla hasta el suelo.
Y por último las protagonistas de la última revolución (y digo la última porque después de las elecciones ya no se sabrá nada más): Los guardarraíles.
Sí ñores y ñoras, esos maravillosos muretes de metal diseñados para evitar que los coches se vayan barranco abajo son una pesadilla para los que van en dos ruedas. En el caso de las motos no sólo no evitan que te vayas abajo, sino que te mandan arriba. Directos al cielo.
Actualmente las biondas de metal están sujetas al suelo con... más acero inoxidable, pero esta vez, para ahorrar, se le dió forma de H, y se puso una de estas H cada pocos metros, no se vaya a caer la bionda.
El problema, claro, está servido. Si un pobre desgraciado tiene un accidente y se desliza hacia estas guillotinas alcanzándolas a unos 40Km/h, pasa por ambos lados. Por ejemplo, un brazo pasa por un lado, y el resto por otro. El corte suele ser tan limpio que hay casos exitosos de reimplante rápido. Sólo hay que aguantar sin desmayarse, recoger el miembro amputado y llevar el baúl lleno de hielo, y luego esperar los 30 minutos de media a que llegue la ambulancia.
En fín, que no mola. Imaginaos que os habéis hecho un tatuaje en un tobillo y se os va barranco abajo. Vaya putada.

Con este panorama de fondo los motoristas de España nos hemos puesto en desacuerdo [Unos crearon una Asociación y luego todos los que querían tocar su propia trompeta crearon más y más y más Asociaciones para hacer cada uno una bobada distinta] para acabar con tanta mala leche en nuestras carreteras y de paso salvar a alguno, que ya ha pasado. Puede que haya dobles biondas en curvas peligrosas, puede que se use de nuevo pintura antideslizante y puede que quizás, tal vez se vayan sustituyendo las señales verticales de metal por otras sujetas con postes destructibles.

Así que, queridos lectores, la próxima vez que surquéis los negros mares asfálticos, mirad la carretera con otros ojos y tratad de ver como la vemos nosotros, y luego me contáis.

P.D: Se pueden sacar fotos de puntos que den asco por los baches, manchas, agujeros o lo que sea y mandarlas. Tienen su utilidad. Gracias.

3 comentarios:

R.A. dijo...

Me parece muy bien que te guste la moto y que pongas a parir los camiones, la pintura y los guardarrailes... pero también debes acordarte de los pobres conductores de coche a los que no les hace gracia que les pase una moto a 150 km/h en línea continua o que salten los semáforos en la ciudad (sí esos que se ponen en rojo para todos salvo para motos y bicis). Por todo lo demás este blog está la mar de interesante.

Sr. Zapata dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sr. Zapata dijo...

Soy un genio que no controla ni su propio blog. ¡Creo que me he cargado mi propio comentario!

Veamos... Coincido en tu apreciación de "algunos" motoristas. Depende de en qué parte de España vivas es de lo más normal.
Simplemente decirte que yo no lo hago, y que uso mucho más el coche que la moto (el cuádruple, más o menos).

Eso no quita para que lo que está mal siga estando mal, que es el tema de la entrada. Todos, incluso los vándalos sin modales, somos usuarios de las carreteras y pagamos nuestros impuestos, y todos nos merecemos que los elementos de seguridad sean seguros, y no hagan su función al revés.